Hoy es “miércoles de desayuno madre-hijo”. Así me lo inventé desde hace varios miércoles, un poco para descansar de la cocina a mitad de semana y también para desayunar los dos al mismo tiempo pues generalmente cuando Bernardo desayuna yo me la paso yendo y viniendo a la cocina, recogiendo lo que tira, distrayéndolo, y pregúntenme qué tan bien desayuno yo… Así que me gusta que los miércoles nos atiendan a los dos en un restaurante rico y empezar el día fuera de casa.

Hoy fuimos al Gino’s, uno de mis lugares preferidos (mis amigas saben que es MI Gino’s…). Caminando los dos descubrí que íbamos con zapatos color naranja…

El Gino’s me gusta por varios motivos: no sólo es un lugar bonito y casual, el pan dulce es rico y en la carta tienen opciones de desayunos ligeros. Le tengo cariño porque ha sido uno de los escenarios más divertidos en la historia de mi embarazo y de la corta vida de Bernardo. Ahí le dí a Vic la sorpresa de que estaba embarazada, y durante los primeros meses de Bernardo me la pasaba ahí, cuando podía estar un par de horas tranquila, con mi laptop o un libro mientras él dormía en su carriolita tranquilamente.

Pedimos huevitos con tocino y frijolitos, que a Bernardo le encantaron, y yo unos chilaquiles verdes buenísimos. Ya no vamos tan seguido como antes por obvias razones… Bernardo “aguanta” sentadito una hora, no más, y eso gracias a una serie de gadgets y distracciones que me llevo para entretenerlo.

Mi hijo es un gran acompañante, me gusta que salgamos juntos a nuestra cita de todos los miércoles… Y tú, ¿tienes alguna tradición con tu hijo? ¿Alguna “cita” o date juntos?

Cuéntame…