Foto: lyndit.com
Soy feliz haciendo lo que más me gusta: escribir. Y hoy es uno de esos días en que estoy por entregar un artículo para una de las revistas en las que colaboro. Pero también he estado triste, un tanto decepcionada o frustrada, pues he recibido varios “no’s” de la vida en las últimas semanas y me cuesta trabajo fluir con eso.
Primero, les había contado que no tuvimos suerte con el colegio en el que queríamos meter a Bernardo; después, algunas propuestas con posibles nuevos clientes en mi negocio editorial que no se concretaron; luego la invitación a ese “gran” proyecto que me resultaba tan atractivo pero que descubrí que, por varias razones, no era para mí (y por lo tanto cuenta como otro “no”); y ayer, la noticia de que se termina uno de los proyectos editoriales más importantes que tenía hasta ahora en mi negocio. Fueron casi seis años con este cliente del cual me encariñé, por cierto, por haber creído en mí y en el trabajo de todo mi equipo. Seis años de meternos “hasta la cocina” y conocer a fondo el funcionamiento de un negocio que me era desconocido (el de los seguros). Además, duele esta “pérdida” porque fue el cliente con el que fundé mi empresa, el que me hizo arrancar, despegar y volar muy lejos. Me siento agradecida también por eso, y por haberlo tenido en mi cartera; por el crecimiento que le dio a mi empresa y por el aprendizaje que tuvimos de un sector que, inicialmente, parecía ríspido y poco atractivo.
Pero es cierto: ningún cliente es para siempre, ningún proyecto es eterno, y lo que cuesta es soltar y abrirse para escuchar a la vida con lo que ahora nos traerá para “llenar” esos huecos.
Fluir suena fácil pero no siempre lo es, mucho menos cuando estábamos aferrados a algo…
…(a un cliente, una idea, un bebé que no llega, una relación, un puesto de trabajo.. tú nómbralo). Todos nos aferramos a algo porque nos da seguridad lo que conocemos y lo que (creemos) controlamos, y también porque le tenemos demasiadas expectativas a eso que tanto anhelamos. Pero bien dicen que si la vida te da limones, hagas limonada; si te da naranjas, ¡naranjada! ¿Y si te da “no’s”? ¿Qué haces cuando deseas algo fuertemente y la vida, a su manera, te dice que “no”?
Lo que haces es soltar eso que tanto deseas, verlo a distancia (poner distancia emocional entre tú y esa cosa/idea/plan) y verlo con frialdad para preguntarte, honestamente y sin involucrar sentimientos:
¿qué espero que me provoque tener eso que tanto quiero? Estamos esperando que ese “puesto/proyecto/hijo/relación de pareja/cosa” nos haga sentir: seguridad/confianza/amor/alegría…. you name it! Entonces, ¿de qué otra manera puedes sentirte “seguro/confiado/amado/alegre…” sin eso a lo que tanto te aferras? ¿Y si fuera otra “cosa” lo que trajera esa seguridad, confianza, amor, felicidad… que tanto deseas? Pues en el centro de nuestros deseos está quiénes somos, y las cosas que hacemos para lograr los resultados que esperamos no definen tu centro, no definen quién eres.
Lo que haces no define quién eres.
Entonces, anoche mi esposo me consolaba diciéndome: “Recuerda tu misión en la vida: escribir” y aún sin este cliente, seguirás escribiendo, ¿cierto? Entonces, no llores, agradece que lo tuviste y todo lo que este cliente trajo a tu (nuestra) vida, y respira, cierra el ciclo y vamos a pensar en un nuevo proyecto” (mi esposo es un hombre muuuuuy sabio, ¡tengo suerte! shhhh…). Y sí, me abrazó, me dijo que todo va a estar bien, que llegarán nuevos clientes y que la vida me traerá otros “si’s”, a su manera… y entonces, les juro, apareció una pequeñita gran idea… algo que me entusiasmó. Y ahí los dejo porque sólo es una idea que, se concrete o no, representa esperanza: ese mundo de posibilidades que descubres cuando decides soltar algo a lo que estabas aferrado. Sueña nuevas ideas y suelta aquello que tanto deseabas y que no se dio. Quizá, luego de muchos “no’s”, llegarán a ti, si fluyes, nuevos (y mejores) “si’s”.
¡Lindo día!,
Besos
Leave a Reply