Para mí es natural que el ánimo esté unos días muy arriba y de repente, como de la nada, un poco abajo. Cuando está bajón es cuando me entra la flojera, el desánimo y las ganas de no hacer nada, y es cuando tengo que tener cuidado para no caer en una espiral de inmovilidad… La gente que mejor me conoce dice que así soy yo, que es mi carácter de escritora, y que es por eso que de las cosas mínimas que me suceden puedo hacer una gran celebración o un gran drama. En efecto, soy así y me encanta… a veces.
Sentir con tanta intensidad las cosas que me pasan puede ser un arma de dos filos, por eso busco el equilibrio y por eso…
la escritura es mi mayor aliada pues con ella busco procesar, exorcizar, canalizar, volcar las emociones más intensas y transformarlas en algo más creativo.
Hoy fui al gimnasio a completar mi día uno de la quinta semana de entrenamiento para mi primer carrera de 5K, algo que me tiene muy entusiasmada. En eso me llamó Lu, una amiga muy querida, ex jefa y colega del mundo editorial, para celebrar conmigo que acababa de recibir en su oficina mi libro. ¡Ya lo tiene en sus manos! Y es que, a manera de promoción, mi casa editorial empieza a enviarle a la prensa ejemplares cortesía de mi libro, aunque éste aún no se encuentra en tiendas (y por eso no puedo decirles el nombre ni enseñárselos todavía). Lu celebró con tal entusiasmo tenerlo en sus manos que me di cuenta de que los verdaderos amigos son los que saben hacer eso: compartir genuinamente tus logros, casi como si fueran suyos. ¡Gran inyección de alegría!
Después le hablé a Vero, mi gran amiga, para decirle que ya tenemos que vernos (vive al otro lado de la ciudad, tiene dos hijos y es muy trabajadora) para poner en sus manitas mi libro autografiado. Obvio que se emocionó, ¡nos conocemos -y queremos- desde la secundaria! Y así, poco a poco, comienzo a recibir muestras de cariño y entusiasmo de otras personas que celebran con mucha alegría mi libro porque saben lo que éste significa para mí. GRACIAS A TODOS USTEDES por este contagio de ánimo y de buenas vibras. Ahora más que nunca me siento comprometida a que este sea un espacio de buena actitud y optimismo “equilibrados” (aunque se vale otros días estar down o de malas…), porque mi libro de eso se trata, de elegir una buena actitud ante la vida y porque, como seres humanos, todos sabemos que no siempre son miel sobre hojuelas… Por eso celebremos los días “no-tan-malos”, los buenos, y los muy buenos, y agarremos pila de ellos para que cuando nos entre el bajón recordemos que, después de todo, sentirse bien puede estar a la vuelta de la esquina.
Besos
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