¡Hola! Esta noche se celebra Halloween y en dos días es Día de Muertos. La verdad, confieso que no me interesaba que Bernardo conociera mucho el Halloween ni celebrárselo porque “no es una tradición mexicana”. Desde hace más de tres años, tenemos la costumbre en casa de poner altar de muertos. Vic y yo no lo hacíamos antes, hasta que perdimos un bebé y ese mismo año tuve la necesidad de rendirle un tributo. El día de muertos me pareció perfecto para hacerlo, y para recordar también a mi papá que había muerto el mismo año, unos meses antes que el bebé…
Desde entonces, adopté esta tradición mexicana, aprendí más de ella, sus significados, símbolos, elementos… y cada año ponemos altar en la casa, comemos pan de muerto (¡desde un mes antes!) y adornamos con papel picado. Me parece una de las tradiciones mexicanas más increíbles, llena de significado, y que describe muy bien a nuestra cultura. Sobre todo, me encantan los colores y lo que significa: un día para recordar y celebrar a los que ya se han ido. Y celebrarlo con alegría, con risas, con música, fiesta, comida, dulces, calaveras, versos y bromas.
Sin embargo, mi niño de 5 años no podía estar ajeno al Halloween… y claro que no tiene nada de malo. Él ya sabe que Halloween no es una tradición mexicana, y por supuesto que le encanta y le atrae muchísimo. El año pasado no le hicimos mucho caso a la fiesta así que ni se disfrazó ni pidió Halloween, ni nada. Fue totalmente irrelevante. Pero a sus 5 años, todo este tipo de fiestas de fantasía le llaman la atención, y más las arañas, las brujas, los descabezados, las calabazas, los fantasmas. Me parece padrísimo que mi niño conozca y viva todas estas tradiciones. Después de todo –y apenas este año caí en ello– su abuelo, mi papá, era canadiense y claro que festejaba el Halloween.
Dos muy buenos cuentos que le encantan a mi niño en esta época: El día de muertos, y Halloween en Canada (para recordar al abuelo)
No podían faltar las arañas que tanto fascinan a Bernardo…
Recuerdo que cada año, cuando yo era pequeña, le gustaba comprarnos paletas en forma de calabaza y calaveras de chocolate en Sanborns. Es más, ¡qué digo si mi familia es una combinación de dos culturas! Mi mamá, mexicana, y mi papá, canadiense. ¿Por qué negarle a mi hijo celebrar ambas culturas y divertirse? Al final… de eso se trata. Confieso que la verdad lo hice porque a veces me sale lo “anti yanqui”, el nacionalismo exagerado… jejeje… y sí, sigo pensando que en esta casa debemos estar orgullosos de nuestras tradiciones mexicanas y celebrarlas por todo lo alto pero… no tenemos que estar peleados con otras tradiciones, ¿cierto?
Hice estos murciélagos con cartoncillo negro y son de lo más fáciles (doblas por la mitad el papel y marcas medio murciélago, recortas y listo)
Así que esta noche, por primera vez en su pequeña vida (5 años), Bernardo sabrá lo que es ir a pedir Halloween. Estoy emocionada con él –obvio que él ni se la acaba, anoche no podía ni dormirse de la emoción–. Ya me compré mi sombrero de bruja y a él su máscara de lobo de 20 pesos. No vamos a hacernos una gran “producción”, simplemente “ponernos en el papel” y salir a pedir dulces –como lo hará la mayoría de los niños en México, y en otras partes del mundo. Espero que también toquen a nuestra puerta pues la hemos decorado padrísimo (¡gracias Pinterest!).
Perdón pero debo confesar que me encantó mi puerta. Y lo mejor fue la cara de Bernardo cuando llegó de la escuela y la vio…
¡Listo para espantar! “¿Mamá, pero si se espanta la gente, aún así me van a dar dulces?” Mi vida…
E iremos a visitar una “casa de sustos” muy famosa en mi colonia. Unos vecinos que sí se toman en serio el Halloween y decoran su casa con tanto detalle que se ha convertido en una tradición de la colonia ir al “iluminado” de la casa. Es hoy, esta noche, y Bernardo irá a verlo. Y ya más tarde, con amigos, seguiremos festejando a los muertos y comiendo pan –un muy buen pretexto para reunirse, celebrar la vida (gracias a la muerte) y calentarnos con chocolatito y un buen momento. De eso se tratan las celebraciones, ¿no?
Amo el pan de muerto, y desde hace días lo estamos comiendo en casa. Les recomiendo mucho el de City Market y el de Superama. ¡No hay más!
Saludos
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