La pregunta que más me hacen amigos, familia, o conocidos, es: “¿cuánto tiempo piensas seguir amamantando a Eugenia?” Desde que nació no he dejado de hacerlo, y Eugenia está por cumplir 15 meses. Evidentemente, no toma el pecho con la frecuencia con la que lo hacía en sus primeros 6 meses de vida, cuando la leche materna era su único alimento. Desde que comenzó a probar otros alimentos, la necesidad de leche materna ha ido disminuyendo progresivamente, hasta llegar a 2 ó 3 tomas durante el día, y 2 ó 3 en la noche. Por supuesto, una parte de esas tomas son totalmente de apego, más que para alimentarse, porque afortunadamente Eugenia come de todo y sí que está creciendo (en el último bimestre creció 7 centímetros!!!). El pediatra me dijo hace poco que Eugenia se nutre de todo lo que come, y que la leche materna ahora tiene una función inmunológica principalmente, además del vínculo afectivo que promueve entre nosotras.
Sé que he cumplido con el “mínimo” recomendado de la lactancia, los 6 meses. Sé también que en el momento en que yo lo decida podría dejar de darle pecho a Eugenia. Pero la verdad es que todavía no quiero. Siempre he creído que uno de los más importantes regalos que puedo darle a mis hijos es la lactancia materna porque un día, en un futuro, haberse alimentado del pecho materno podrá quizá hacer la diferencia entre que padezcan o no ciertas enfermedades. Pienso que los hará más fuertes, más resistentes… Y es cierto, la evidencia científica lo ratifica. A mi papá, por ejemplo, le dieron pecho 3 años, y fue un hombre muy fuerte hasta el final de sus días.
Bernardo tomó pecho 11 meses hasta que él solito se “destetó” como dicen, y aunque me quedé con ganas de darle los 12 meses que tenía pensados, también sabía que 11 meses eran ya muy buena cosa, y que Bernardo estaba mostrando su independencia y se sentía seguro. Con Eugenia ha sido muy diferente. El “plan” era darle pecho, también, por 12 meses. Sin embargo, ya los hemos rebasado y no la veo interesada en dejarlo. La verdad es que a mí no me causa ninguna molestia seguirlo haciendo. Primero, porque ya no es algo que me “ata” a estar cerca de ella todo el día. Segundo, porque me parece de lo más práctico y fácil (no lavo biberones, no esterilizo, no tengo que llevar tantas cosas en la pañalera… y en las noches no tengo que pararme a preparar una mamila). No solo me parece de lo mejor en cuanto a su salud, sino que además me resulta muy práctico, económico ¡y hasta ecológico!!!
Pero más allá de todo esto, lo interesante es reflexionar que, cuando una mujer decide amamantar a su hijo por el tiempo que así lo crea conveniente, hay que respetarlo e incluso, reconocerlo. No falta quien me dice que la “mamitis” que tiene Eugenia se debe a que le sigo dando pecho… ¡¿what?! Sí, es cierto que está muy pero muy pegada a mí, y que no se deja cargar por cualquiera… Me lo han dicho tantas veces que llegué a ponerlo en duda, pero el pediatra me dice que no es cierto, que es cuestión de madurez y carácter, no de que le esté dando pecho. Sé que un día Eugenia estará lista para mandarme por un tubo y será independiente, pero si por ahora le da tranquilidad estar cerca, yo no tengo problema con eso.
Eugenia toma pecho en la mañana, cuando se despierta; hace otra toma a medio día, para hacer su siesta, y otra antes de dormir, cuando la arrullo. Tampoco faltan los comentarios –que sé que no son mal intencionados– al respecto: “la estás mal acostumbrando a dormirse en el pecho”. Sí, es muy probable que no le he enseñado a dormirse sola, y el tema de la dormida es otro boleto del que ya hablaremos, pero no creo que estas sean suficientes razones para pensar en dejar de darle pecho. De acuerdo con especialistas de la Facultad de Medicina de la UNAM, la lactancia no sólo tiene beneficios para la salud del bebé y la mamá, sino que se establece un vínculo emocional muy importante entre madre e hijo. La lactancia promueve un apego saludable, con lo cual los infantes ganan seguridad y capacidad de establecer límites.
Esta semana se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, y los datos me dejan pensando, sobre todo este que dice que México ocupa el segundo lugar entre los países donde menos se amamanta. ¿Por qué será esto? Sin duda, yo no juzgo a las mamás que deciden amamantar poco tiempo o no hacerlo del todo, respeto las decisiones de cada una pues sé que no es un tema fácil. Pero me pregunto si muchas de esas mamás dejan de amamantar o ni siquiera lo intentan por temores o prejuicios infundados. O si no lo hacen porque en sus lugares de trabajo no hay medidas que favorezcan la práctica de la lactancia para las mamás trabajadoras. O si el tema de que en México hay pocos lugares para dar pecho en lugares públicos, o que la gente se te queda viendo feo si lo haces en estos lugares, sea razón por la que muchas mujeres deciden no darle pecho a sus bebés…
Según dicen los especialistas, lo ideal sería dar pecho al bebé no solo durante los primeros seis meses de vida, sino hasta los dos años de edad, pues la leche humana ofrece un aporte nutrimental importante, contiene anticuerpos y sustancias activas que favorecen una buena digestión y evitan cólicos. Los beneficios a la salud de la madre e hijo son indiscutibles, pero además, se establece un vínculo emocional muy importante entre ambos.
Yo he decidido seguir amamantando a Eugenia hasta que ella lo deje (obvio, espero que eso suceda en los próximos meses). La verdad es que poco a poco voy viendo que el interés que muestra por el pecho va disminuyendo. Pero me gusta estar ahí para cuando lo necesita. Yo veo cómo se acurruca entre mis brazos y toma mi pecho como algo aún suyo. Ella se siente feliz, y yo también… Y sumándome a la campaña mundial a favor de la lactancia materna, deseo que en verdad, las mujeres que decidan amamantar por 6 meses o más, cuenten con el apoyo necesario en sus trabajos e incluso dentro de su familia. Las mujeres que trabajamos necesitamos no tener obstáculos para poder alimentar a nuestros bebés. Se necesitan iniciativas que tomen en cuenta horarios para la lactancia en los lugares de trabajo, y que las empresas, todas, sean más sensibles ante este tema. He dicho.
Sólo 10.8 por ciento de las mujeres trabajadoras en México practican la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012).
Las mujeres que amamantan tiene menos riesgo de padecer diabetes tipo 2, cáncer de mama y cáncer de ovarios. Organización Mundial de la Salud.