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Reflexiones cotidianas
Actitud 2012
cuba

Ayer volvimos de Cuba. Pasamos el fin de año en Varadero y luego visitamos La Habana. Es la primera vez que regreso de viaje a México y siento que vivo en el primer mundo y que aquí tenemos todo. Generalmente me pasa al revés cuando volvemos de algún viaje al extranjero: sólo veía lo feo, la basura, el smog, la inseguridad… Pero desde ayer todo me parece maravilloso y siento que los mexicanos somos muy afortunados. Con todo y todo lo que pueda tener esta ciudad, con sus problemáticas y demás cuestiones, la neta es que estamos muy muy bien -y uno no se da cuenta de lo que sí tiene hasta que ve toooodo lo que les falta a otros. Me apena la situación de los cubanos: la escasez y las limitaciones.

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Vista del malecón de La Habana

Sin duda, el tiempo parece haberse detenido en La Habana, con sus coches antiguos (clásicos), sus construcciones con la pintura descascarada, las calles descuidadas, las tiendas de supermercado poco abastecidas y con productos muy básicos. La oferta es limitada. Sin embargo, también sentí una gran empatía con los cubanos, en gran parte por mis raíces tabasqueñas y también por la forma de ser de los cubanos, su manera de expresarse y la musicalidad que tienen y que los hace muy afines al pueblo mexicano. Y ¡qué manera de mover la cola! En eso nadie los iguala.

El viaje fue estupendo, muy revelador. Interesante platicar con los taxistas y escuchar sus puntos de vista sobre la situación. Coinciden en algo: en que están jodidos, y que esperan que un cambio se de pronto (cuando Fidel muera). Esperan que se abran las puertas de Cuba para los cubanos y para el resto del mundo. Quieren salir libremente y que entren los extranjeros y traigan inversión. Quieren que los cubanos en Miami regresen con dinero y que lo inviertan en el país. Esperan mayor libertad para hacer y expresarse, y que haya más oportunidades de empleo y de acceso a los medios (no es nada fácil conectarse a internet; yo no vi una sola revista ni un periódico, no hay publicidad – sólo del mismo gobierno y parece que en ciertos lugares la gente no puede hablar libremente en contra del régimen).

Una mujer argentina radicada en México viajó junto a nosotros en el vuelo de regreso. Nos contaba que su única hija lleva 12 años viviendo en Cuba. Es doctora, y le gusta estar allá y ayudar a la gente. Gana el equivalente a 50 dólares mensuales (mucho menos que lo que ganan los meseros en Varadero, cuyo sueldo se duplica o triplica con las puras propinas que reciben de los turistas). Esta señora argentina viaja cada 3 meses para llevarle a su hija maletas repletas de comida enlatada y de todo lo que allá no tiene. La señora nos contaba que un día tuvieron que viajar 2 horas y media en guagua (camión) para conseguir papel de baño; y que a su hija le reparten 6 huevos por quincena ¡cuando ella en México se prepara tortillas de huevo con 3 y 4 huevos diario! “Es una idiota, se casó con un cubano, pero no le digan nada”, nos contaba muy simpática con su acento argentino. Ella no entiende cómo es que su hija es feliz viviendo en Cuba, bajo las condiciones en las que vive. Sin embargo, algo debe hacerla muy feliz, le decíamos. Tal vez no se trata sólo de la satisfacción de ejercer su profesión en aquel país (donde por cierto se sabe que hay muy buenos médicos), sino que seguramente algo en la forma de ser de los cubanos la tiene encantada (además de la belleza de la isla).

Algo ha demostrado Cuba y es que no se necesita vivir como el resto del mundo para salir adelante. El país camina, después de todo. Y bueno, los cubanos tienen una capacidad asombrosa de disfrutar la vida a pesar de sus carencias. No sé si esto sea resultado de una actitud conformista o por el contrario, de una actitud de mucha esperanza y confianza, de mucho agradecimiento. Seguramente para ellos el peso de las cosas más valiosas no está en las posesiones, y habrán aprendido a disfrutar de la vida con lo que ésta les da, ni más ni menos. Quizá los cubanos tienen puesta la mirada en otros valores que en los países más “desarrollados” o capitalistas hemos perdido de vista. Los que nos creemos más afortunados tendríamos mucho que aprender de Cuba… Quizá la amistad, la salud, la alegría de vivir valen oro para los cubanos, un oro que los hace más ricos que a muchos ciudadanos de las economías más robustas del mundo. La musicalidad y la amabilidad de los cubanos no corresponden con lo que a mis ojos parece escasez. Será porque quizá para ellos la carencia es la norma, y así está bien; porque los comparamos con lo que les falta y no con lo que les sobra; porque creemos que tendrían que estar como nosotros para estar bien… Hay que tener mucha humildad antes de juzgar a los cubanos. Tenerles respeto, y reconocer el talento, la alegría y, sobre todo, la actitud. La jodidez del pueblo es innegable, y la gente merecería vivir un poquito mejor, con mayor libertad. Porque en Cuba lo que se padece no es pobreza, sino la necedad y la imposición de un régimen, de un personaje que allá es leyenda y que aún se le respeta…

Y por eso a la distancia, desde mi hermosa casa, me duele ver el país que ayer dejamos, y que está a sólo dos horas de vuelo y a tantos años de distancia. La isla donde el tiempo parece haberse detenido, como un Titanic que recién salió de las aguas y que yo descubrí por primera vez. Allá está la hermosa Habana, la que se asoma bajo la capa de polvo y de pintura desmoronada, bajo los edificios en ruinas y tras las puertas de donde escapa el sonido de la rumba y del son cubano, con sus claves, percusiones y guitarras. Allá quedó Cuba, acá sus lecciones, y para este nuevo año no siento más que el deseo de tomar un poquito de la actitud alegre y vivaracha de los cubanos, y vivir en agradecimiento por todo lo que en México tenemos, y por lo poquito que en realidad nos hace falta.

Buen inicio de año y ¡salud!

Khent
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February 28, 2012
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Carla Leppäniemi
Creo que muchas veces no valoramos lo que tenemos, en efecto tenemos un país con mucha riqueza en nuestro alrededor, cuando volteamos al otro lado de la moneda nos damos cuenta el valor que le damos a nuestra vida, familia y la importancia que le damos a las exigencias sociales que nadie nos impone, solo nosotros. Que bueno que vivimos en nuestro México, con nuestras costumbres y hasta nuestras groserías que nos relajan un poco cuando estamos estresados, me dá gusto leerte aunque no pueda hacerlo seguido, un abrazo.
January 6, 2012
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Ana Moreno
Me gusta leerte. Tenía mucha curiosidad de saber con que sensación regresabas. He conocido a varias personas que después de visitar Cuba tienen comentarios muy, muy distintos. Definitivamente cada quien ve en Cuba lo que trae dentro. Me agrada mucho saber que tu experiencia en este país te hizo reflexionar de una manera tan positiva. Yo también admiro a los Cubanos, admiro su creatividad y la capacidad para adaptarse a lo que si hay. Cuba esta viviendo tiempos interesantes y Fidel Castro, como todos, se va a morir. Ojalá Cuba haya aprendido una lección para enseñarle al mundo.
January 6, 2012
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Paty
Gracias por compartir!!!! al leerte, sentí como caminaba con ustedes en las calles de la Habana. Gracias!!!! y feliz año!!!
January 5, 2012
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