Para la edición de enero de la revista Cocina Fácil escribí un artículo sobre algunos pasos sencillos que pueden ayudarte mucho a cambiar tus malos hábitos de alimentación. Si entre tus propósitos de año nuevo está bajar de peso o comer mejor, no pienses que la única manera de lograrlo es haciendo cambios drásticos (como dejar “para siempre” los panes, las grasas, los lácteos o tomar puros jugos)… Lo drástico generalmente da pocos resultados a largo plazo. Para este artículo encontré pequeñas pero muy efectivas modificaciones que pueden significar mucho en tu salud si las sigues con constancia y persistencia. Y es que a la larga, todo “suma”…
1. Bájale a las grasas de los lácteos que consumes. Los quesos, yogures y leches enteros aportan muchísima grasa saturada que no necesitas. Opta por versiones bajas en grasa.
2. Come más frutas y verduras. Que la fruta no aparezca solamente en tu desayuno, ni dejes las verduras sólo para la comida. Puedes cenar avena con fresas picadas, o comer rollitos de pechuga de pavo rellenos de verduras en juliana (zanahorias, calabazas…) o “dipear” floretes de brócoli con queso cheddar por las tardes… hay muchas opciones, y en este blog verás más recetas de alternativas vegetales.
3. Bájale a la sal. Quita el salero de la mesa, usa más hierbas de olor para sazonar tus alimentos y elige productos empacados que sean bajos en sodio.
Encontrarás más recomendaciones en el artículo de la revista. Suerte con los cambios y… ¡a darle!
Besos
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